sábado, 3 de noviembre de 2012

Un juguete erótico muy peculiar (Frag. de BISEXUAL)

¿Alguna vez pensaste que un mango pudiera servir para algo más que simplemente comértelo? Lee este fragmento de Bisexual y verás que te abre el apetito.

Le abro y todavía no está adentro cuando ya sus ojos están clavados en la fruta. No lo culpo. Es imposible no reparar en ella, salta a la vista, resplandece. Y verla ya es desearla. Ahora me mira a mí. Tiene esa mirada de deseo que yo a veces logro adivinarle, aunque la disimule. Ahora es directa e inequívoca y me está diciendo a gritos que no hay un minuto más que perder. Me está mirando como si yo misma fuera el mango y ya está a punto de conseguir que también me olvide de él. ¿Y si combino las dos cosas? Lo miro, incitante: «¿Quieres un poco de mango?». «Te quiero a ti», responde y camina hacia mí. Estoy temblando como una hoja. A mitad de camino se detiene, parece estar considerando algo. «Aunque podría querer mango también. Todo depende de en qué forma me lo estés ofreciendo». Vuelvo a sonreír y me voy a la cocina. Él me sigue, llevando el mango en la mano. Luego de lavarlo, lo pongo en el plato y le corto una tapa. Enrique sigue curioso, todos mis movimientos. Lo miro fijamente y hundo los dientes en la pulpa. Logro arrancar un buen pedazo de ella y de paso, me embarro hasta la nariz. Se acerca y toma mi cara en sus manos. Lame primero mi nariz, después mis labios y sin más mete la lengua dentro de mi boca, buscando el trozo de mango, que yo a duras penas he conseguido no tragarme y casi me lo succiona de la lengua. Sigue recorriendo con la suya todo el interior de mi boca: cielo, dientes, encías, casi hasta la garganta, buscando hasta el más mínimo resquicio de pulpa que pueda quedar por allí. Tiene los labios suaves, su lengua es ágil e incisiva y la barba me hace cosquillas en la cara. Ya no queda ni un rastro de mango y esto comienza a parecerse a un beso normal. ¡Y qué beso! De pronto, me separo de él. «Espérate, yo también quiero mango». Él sonríe, toma del plato la tapa que yo mordí antes y se la mete completa en la boca, sacándose luego la cáscara completamente limpia. No se chorreó ni un poquito, así que voy directo adentro con mi lengua, pero es tanto mango, que necesito varias incursiones para llevármelo todo. Sigo besándolo por mucho más tiempo. No puedo despegarme de su boca. Le muerdo los labios y le succiono la lengua, para absorber toda su saliva. Sus manos ya empiezan a palpar debajo de mi ropa. Ahora es él quien separa los labios y los acerca a mi oído. « ¿Sabes de dónde me gustaría comer un poco de mango?», me susurra y el calor de su aliento en el cuello me estremece de arriba a abajo. Su mano ya está bajo mi falda, metiéndose en la pantaleta. «No tengo idea», le respondo.
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6 comentarios:

  1. Hola, Vivian, soy Alicia, leí tu novela hace un tiempo, una amiga me la prestó y me encantó. Esta escena del mango es de las mejores, de casualidad vi tu post en Facebook y aproveché para conocer tu blog y saludarte. Como vi que las estás vendiendo en Amazon, entré y puse un comentario, espero que te guste. Mucha suerte con la venta, voy a recomendarte. Saludos!!!

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  2. Hola, Alicia, me alegro de que te gustara la novela, gracias por reseñarla en amazon, aunque aún no ha salido, siempre tardan un poco en ser publicados los comentarios. Bievenida al blog y vuelve cuando quieras!!!

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  3. Oye, Vivian, tu texto sobre el mango me ha erotizado hasta un punto que, bueno, creo que voy a tener que comprar mango cuanto antes para comprobar si es cierto que se puede buscar en una boca con esa excitación.
    No me he descargado tu novela porque tengo que actualizar mi cuenta en Amazon, pero en cuanto la lea te la comentaré.
    También me ha sorprendido en grado sumo tu relato Alas de Mariposa. Es original, bien construido, mejor escrito...y erótico, que es de lo que se trata, sobre todo el momento final. Me ha vuelto a erotizar. Tendré que comprar el mango y luego buscar unas alas de mariposa.

    Besos.

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  4. Bien por lo vendedores de mango de Sevilla, jajaja. Qué bueno que te gustan, y sí, me encantará oir tus comentarios de la novela, cuando la puedas leer.
    Pronto estaré poniendo otro cuento, estuve como dos años escribiendo uno mensual para una revista por acá, y ahora los puedo ir colocando aquí, para que busquen un público más amplio.
    Besos para ti también.

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  5. Nunca comer mango fue tan estimulante. Un abrazo.

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