domingo, 10 de marzo de 2013

Artículo: Christian Grey: Un galán no tan rosa



En este artículo ofrezco mi criterio acerca de la novela 50 sombras de Grey. Creo que es un fenómeno digno de ser analizado y por ser este un blog de Literatura Erótica que pretende de algún modo posicionarse dentro del género, me siento en la obligación de mencionarlo y ofrecer mi opinión al respecto. Algunos estarán de acuerdo conmigo, otros me odiarán. Exactamente lo que pasa con esta novela. ¡Espero sus comentarios!


A finales del 2012, en un artículo de prensa de esos que abundan en la época navideña, encontré una lista de los que, a juicio de ese periodista, eran los diez mayores acontecimientos culturales del año. Junto al éxito obtenido por el video clip del sencillo Gangnam Style, del cantante y rapero surcoreano Psy, estaba la novela erótica 50 sombras de Grey, de la autora británica E.L. James. Tras constatar esos miembros de la lista, no continué leyendo, por lo que no me quedó claro si había un trasfondo burlón e irónico en el artículo. De no ser así, creo que deberíamos preocuparnos sobre cuáles son los estándares culturales que están rigiendo el mundo en que vivimos. 

Es un hecho incuestionable que ambas obras han sido muy exitosas, aunque en ninguno de los dos casos se trate de grandes obras de arte. Como la música y  los video clips no son  mi fuerte, y sí el erotismo, me referiré aquí a la novela, y trataré de explicar las razones por las que creo que ha tenido tan desmedido éxito. Porque nadie puede negarlo. Hay miles de fans en Twitter que incluso adoptan los nombres de los protagonistas, y repiten en incontables twitts los parlamentos de la novela como si de grandes frases literarias se tratara. 50 sombras de Grey se convirtió prácticamente en un objeto de culto.

También la novela ha generado tantos detractores como adeptos. Yo me he contado entre los primeros, y solía hablar despectivamente de ella, tras solo haber leído de pasada sus primeras páginas. “No es erotismo, es pornografía”, dicen algunos. “Eso no es literatura”, afirman otros.

Tras ver su nombre en el artículo que mencioné al principio, decidí que tenía que leerla y descubrir por mí misma las razones de que se hubiera convertido en tal fenómeno de masas.

Lo primero que debo decir es que no fue una lectura desagradable. La mayor parte del tiempo logra mantener el interés del lector, aunque por momentos se vuelve monótona, gracias a escenas demasiado largas, llenas diálogos estereotipados y plagados de lugares comunes, que no aportan demasiado a la trama. Adolece, además, de una excesiva y rimbombante adjetivación (vaya, exactamente como la que acabo de usar yo aquí), y de constantes repeticiones de frases o situaciones, por solo mencionar algunos de sus problemas. Sin duda, la calidad literaria no es uno de sus fuertes. Entonces, ¿cuál es la clave de su éxito?

¿La publicidad? Es cierto, la novela ha estado avalada por una editorial que no ha escatimado recursos para promocionarla, pero el éxito basado solo en este factor no resultaría sostenible en el tiempo. La gran mayoría de quienes la leyeran atraídos por el boom publicitario se decepcionarían y hasta se sentirían burlados, y ese no es el caso para nada. Hay miles de lectores entusiasmados después de leerla, que la recomiendan abiertamente. Las ventas no hacen sino aumentar ante los pasmados ojos de muchos escritores cuyas obras tienen con seguridad una calidad muy superior. Definitivamente, tiene que haber algo más.

¿El erotismo? Ha sido llamada erótica y también autodenominada “porno para mamás”. ¿Es erótica o pornográfica? Contrario a lo que muchos de sus detractores sostienen, sí creo que 50 sombras… es una novela erótica. Creo que aunque algo banal, tiene una trama, el tema sexual está en el centro de ella y es lo que le permite transmitir su mensaje. Y precisamente es eso lo que hace que no sea puramente pornográfica, hay algo que la autora nos quiere decir con la novela y para lo cual se vale del sexo. Su fin último no es simplemente proporcionar placer sexual, como sería el caso de la pornografía, aunque también, eventualmente, lo logre.

A mi juicio, sí es erotismo, por la función que cumple el sexo en la trama, la pregunta sería… ¿es buen erotismo? Las escenas de sexo, que contrario a lo que se podría imaginar, no son demasiado abundantes, son moderadamente explícitas, y si bien algunas están bastante logradas, desde el punto de vista erótico (confieso que alguna que otra vez logré sentir incluso unas cosquillas), la mayoría de las veces el erotismo se diluye por el abuso de comentarios estereotipados y generalmente innecesarios. Algunos ejemplos:

“—Voy a moverme, nena —me susurra un momento después en tono firme”.

“—Te lo voy a hacer en el baño, Anastasia”.

“—¡Oh, Ana! —me jadea al oído, su respiración entrecortada en perfecta sinergia con la mía—. Oh, nena, ¿alguna vez me saciaré de ti? —susurra”. 

Y qué decir de los “oh”, que proliferan a diestra y siniestra por todas las escenas, en boca de uno u otro protagonista. También el exceso de adjetivos antes mencionado colabora a desmejorarlas:

“Me vuelve loca. Sus provocadoras embestidas, deliberadamente lentas, y la intermitente sensación de plenitud son irresistibles”.

“Y sigue con su dulce y pausado suplicio, adelante y atrás”.

“Me besa… un beso largo, vehemente y apasionado, invadiéndome la boca con su lengua”.

“Se aparta y me mira; sus ojos se ven ahora oscuros y luminosos a la luz de primera hora, repletos de sensualidad cruda y arrogante”.

El saldo, para mí, no fue positivo y de hecho, una vez terminado el primer libro, no me quedaron ganas de seguir con el resto. Sí sentí cierta curiosidad por saber cómo continuaba la historia, pero en ningún caso esta fue tal que ameritara invertir más horas de mi precioso tiempo en averiguarlo.

Claro que yo no soy la mejor medida, pues el erotismo es el elemento en que me muevo habitualmente y mis estándares son diferentes a los de la mayoría de los lectores. ¿Qué opina el público? Gran parte del entusiasmo está relacionado con el contenido sexual de la novela. Muchas de las mujeres que la leen se están enfrentando al erotismo por primera vez, y se sienten transgresoras al hacerlo. No pocas se han excitado al punto de trasladar a su aburrida vida sexual algunas variaciones que han logrado refrescarla.

"50 sombras de Grey salvó mi matrimonio”, escuché decir a un hombre. Su esposa, ya con un desgano sexual crónico, al leerla sintió renacer sus deseos y la vida sexual de la pareja se renovó. Y otros casos por el estilo.

Creo que el sexo forma parte de la explicación. Vivimos en un mundo donde tiene un papel predominante, prácticamente forma parte de la vida cotidiana, invadiendo cada vez más espacios, con la ayuda de Internet y los avances tecnológicos en general. Para nadie es un secreto que estamos ante un público ávido de sexo, y si se quiere llenar esa necesidad de una manera realmente significativa, hay que buscar un modo de superar la oferta que existe actualmente.

Abunda la literatura pornográfica y también la erótica, de buena y mala calidad, y si bien mucha gente la consume, no por ello llega  a los primeros lugares de los ratings literarios. ¿Qué hace que esta novela sea diferente?  

Para muchos, el sexo sigue siendo un tabú, algo detestable, que ninguna persona decente se dignaría a considerar. Un mérito indiscutible de 50 sombras… es, entonces, haberlo colocado en un nivel aceptable, consiguiendo que miles de personas lo lean sin tabúes, y sobre todo, que lo disfruten. La pregunta es entonces: ¿cómo logra algo así una novela con una trama banal, cuestionable calidad literaria y un erotismo bastante mediocre? 

¿Rosa oscuro o rojo? 

La carta de triunfo de E.L. James, a mi entender, fue haberle introducido a su historia una serie de resortes que la hicieran aceptable y hasta confortable para ese público que rechaza el modo en que habitualmente se comercializa el sexo. Es, en pocas palabras, el uso efectivo de una serie de estereotipos procedentes de la literatura llamada “rosa”, de la que fue una importante exponente la escritora de novelas románticas Corín Tellado, considerada la escritora española más leída después de Miguel de Cervantes y que figura en el Libro Guinness de los Récords-1994 (edición española), como la autora más vendida en idioma español.

Quienes la conocen (¿y quién no se ha leído al menos una de sus novelas, ya sea de la biblioteca de la abuela o de las que en cada número publica en sus páginas finales la revista femenina Vanidades?) reconocerán conmigo que Christian Grey es el típico héroe de Corín Tellado: un hombre extremadamente atractivo, inteligente, simpático, asquerosamente rico, con un exquisito gusto y para rematar, huérfano, gracias a lo cual ¡ha desarrollado una profunda conciencia social! Sí, además de todas esas virtudes, Grey es un filántropo que colabora con muchas causas, entre ellas la de enviar alimentos a los niños de África (aquí, definitivamente, Corín Tellado se quedó corta).

 Como todo héroe “rosa”, ese dechado de virtudes se fija en una muchacha bastante común y corriente, con la que la mayor parte de las mujeres podemos identificarnos, sobre todo cuando ella no se explica (ni nosotros tampoco), cómo un hombre como ese la ha elegido, pues obviamente, tiene problemas de autoestima. Y no solo la ha elegido, sino que la cubre de regalos caros y satisface cada uno de sus deseos y necesidades, casi antes de que tenga que expresarlos. (“Cielos, ¿quién no querría un hombre así en su vida?”, suspiran las lectoras en sus comentarios de Amazon). En su plan de superar a su predecesora, James matiza a su chica, que si bien es algo ingenua, y por supuesto, virgen, no resulta demasiado tonta y en una no muy lograda imitación de la simpatiquísima Brigitte Jones (protagonista de las novelas de la también británica Helen Fielding) nos habla en primera persona, compartiendo de forma desenfadada con el lector sus dudas y reflexiones más íntimas.

Hasta aquí todo bien. Corín Tellado en ese punto complicaba las cosas, colocándole al héroe virtuoso un defecto, que en su caso era ser mujeriego, estar casado, o tener algún impedimento para consumar la unión, como una madre enferma o un pasado poco recomendable. Como estos inconvenientes ya en la actualidad están obsoletos o no resultan interesantes, la autora británica se saca de la manga otro matiz diferente y hasta original: una adicción sexual. No una tan detestable como sería la pederastia o el sexo con animales, ni tan banal y degradante como el vouyerismo o la masturbación. El tipo es un sádico y necesita la sumisión de su pareja para excitarse y disfrutar del sexo.

La tal desviación sexual es tratada en la novela casi como si se tratara de una enfermedad crónica, algo que quien la padece no puede evitar, y entre tantas virtudes, estamos casi dispuestos a perdonársela. Grey asiste a terapia, por cierto, pero la solución que ha encontrado no es curarse, sino garantizarse la práctica de su adicción en un ambiente controlado y con mujeres que lo acepten. Como en cualquier novela de Corín Tellado, por amor a la protagonista, él es capaz de hacer algunas concesiones a sus prácticas habituales, pero su amor no llega al punto de sacrificar la esencia de su adicción.

La disyuntiva para la chica es: ¿será ella capaz de aceptarlo con su enfermedad crónica? ¿Será su amor por él tan poderoso? ¿O (y es inevitable que los lectores se pregunten esto también, pues era la solución por excelencia de Corín Tellado) finalmente sí logrará qué él se doblegue y por amor a ella se cure de su adicción?

He ahí el dilema de la novela. Todos los ingredientes están perfectamente dosificados para que le resulte atractiva a una buena parte del público. Chicas jóvenes para quienes las novelas rosa de Corín Tellado resultaban hoy demasiado sosas, consumen esta con voracidad; mujeres maduras que en su juventud las leyeron, ahora disfrutan con asombro de esta variedad más subida de tono, que les permite una vez más evadirse de la monotonía de sus vidas. Jóvenes que ven en Christian Grey el modelo de seducción y éxito en la vida, que les gustaría poder imitar. Y así sucesivamente. 

Nada de vampiros 

La autora incluso se toma la licencia de terminar la primera novela con un final abierto (y no precisamente feliz) algo que nunca hizo Corín Tellado, para darse la posibilidad de continuar la historia, siguiendo una moda muy actual: las sagas literarias. En este sentido, le aplaudo otra originalidad: al menos el defecto de Grey no es que se convierte en vampiro bajo el influjo de la luna llena y busca arrastrar a su amada a su oscuro mundo. Su problema es, digamos, más “humano”.

Con todo lo anterior, me atrevería a aventurar que esta novela prácticamente ha acuñado un nuevo género literario. En un gran acierto publicitario, se autodenomina “porno para mamás”. Yo la llamaría “novela rosa erótica”. Al final es lo mismo, usa lo positivo de aquella, lo que la hace comercial y aclamada por las masas, pero matizándola con algo tan actual como el sexo, lo que da como resultado una mezcla altamente apetecible para muchos.

Algunos dicen con ligereza: “no es literatura”, y eso es discutible: es un tipo de literatura, como las películas porno son también un género dentro cine. ¿Hay géneros buenos y géneros malos? Creo que dentro de todos ellos hay buenas y malas obras. ¿Son malas las novelas de Corín Tellado?

¿Literatura? Sí. ¿Buena literatura? Definitivamente, no. ¿Comercialmente efectiva? Sin duda alguna. ¿Digna de ser leída? Depende del gusto del lector y de lo que busque con la lectura. ¿Digna de ser imitada? Depende del objetivo del escritor. Si es meramente vender y estar en la boca de todos, adelante. Si es crear algo perdurable y quedar con dignidad en los anales de la Literatura, entonces le recomiendo concentrarse en su obra y no prestar atención a cantos de sirenas.

11 comentarios:

  1. He leído con deleite cada una de las líneas del análisis que haces de las 50 Sombras de Grey.
    Es lo que he dicho en innumerables ocasiones: La autora creó un género. Y los creadores de géneros siempre ganan. Dan Brown creó un género. Tokien creó un género. Y sus éxitos son incuestionables.
    Su detractores no carentes de envidia únicamente ven la parte cuestionable: no es buena literatura.
    ¿Pero acaso lo es la mayoría de las novelas que se venden?
    Y definitivamente la gran masa de lectoras es aficionada a la novela romántica, en la que se muerden los labios cada dos por tres, (Me las imagino con unos trozos sangrantes en lugar de bocas al terminar la novela), pero es lo que hay, Esta novela vino a llenar esa necesidad sexual tan saturada en las películas, los comerciales y todo lo que tenga que ver con las artes visuales. Las mujeres se sentían arrasadas por la sexualidad imperante y al mismo tiempo poco capacitadas para gozar de su sexualidad por llevar una vida demasiado hogareña en el caso de las amas de casa y o demasiado complicada en el de las ejecutivas.
    Unas cuantas horas de esparcimiento sexual en forma de novela no les viene mal. Obviamente es el resultado. Felicito a E L James por ser tan inteligente.
    Y a ti por este pedazo de artículo.
    Besos,
    Blanca

    ResponderEliminar
  2. Excelente artículo, Vivian; de una seriedad y agudeza firme. No sabía nada, o muy poco, de esta saga de novelas.

    Ahora bien: no entiendo nada.
    No es que no entienda tu escrito, es que no entiendo qué hago yo aquí sin haber nacido 100 años antes.

    Esto es lo que hay, es lo único seguro. La Literatura es otra cosa, obviamente.

    R.

    Suerte.

    ResponderEliminar
  3. vaya, vaya...

    pues bien, desde el punto de vista masculino, este articulo, le da mas publicidad de la que desea restarle... ahora bien, no creo, que esto esto sea nuevo o muy novedoso; yo que he seguido muy atento este estilo sadomasoquismos (hoy llamados pomposamente BDSM) tengo que admitir, lo siguiente, todavía hay mucha gente, que no conoce este sórdido mundo de sombras y deseos. Hace mucho tiempo hubo una novela que se hizo culto, y que de ahí cambio o coincidió con los parámetros que se tenia anteriormente. De igual forma una mujer, una francesa Pauline Réage, y su famosa obra LA HISTORIA DE O, que publico en 1954, libero de alguna forma ese gas, que amenazaba con estallar, y ridiculizar una sociedad, que si bien se presumía recatada, vivía en la sombras de sus neurosis. De pronto la sexualidad era tomada y retada por mujeres, que sentían placer por el simple hecho de someterse a su amor? Maravillosa manera de someter al sometedor...y que decir de otros autores, que de una forma juegan con el preciado poder mental,algo que en los finales de los 50s todo los 60s y casi muerto en los 70s y 80s. Una de las películas supremas y de culto es la que llevo Buñuel: Belle de Jour del escritor francés:Joseph Kessel (bella de día).

    sin duda, quienes tuvimos noción de esas épocas, siempre pensaremos que la linea del erotismo y pornografía, es tan delgada, que la verdad no interesa a nadie esa nimiedades. Por eso creo que la novela de GREY Y SU 5 DECENA DE SOMBRAS; es un pálido esbozo de esos clásicos, que movieron la conciencia de una generación, que por mucho permaneció escondida o en los peores de los casos reprimida. Es cierto, la trama es básica
    y ramplona, (la de las 50 sombras de grey), pero así son los betseller o no? pero bueno, después de todo, el marqués De Sade, es la fecha que nadie le ha hecho justicia, y se supone que su época era mas escandalosa que la nuestra.

    de todos modos felicito que alguien descubra este mundo y lo analice desde el punto de una historia mal contada... E L James

    ResponderEliminar
  4. Vivian, te felicito por el artículo, que he leído y me ha gustado, a pesar de que me cansa el tema de las 50 sombras y ya no quiero seguir perdiendo más tiempo con él. No me considero detractora por la sencilla razón de que no he leído la novela ni pienso hacerlo. Leí solo el fragmento gratuito y no pude seguir porque a mí personalmente me molestan todas esas cosas que mencionas -la adjetivación excesiva, las repeticiones, los tópicos- y no soy capaz de disfrutar de la lectura. Desde el principio me pregunté, como tú, a qué se debía su éxito, y varias amigas escritoras y muy intelectuales me lo explicaron -muy en la línea de lo que expones tú- y lo entendí. Si eso era lo que buscaba la autora, pues bien por ella. A mí me tiene sin cuidado que tenga éxito o no este tipo de libros, igual que me da igual que tenga éxito cierto tipo de programas de la televisión que yo no miro. Yo solo digo que a mí no me gusta y ya está. Tampoco he leído nunca a Corín Tellado. Todo es litearatura, sí, pero creo que para las que hemos leído mucho, la calidad del lenguaje es tan importante como lo que se cuenta.

    ResponderEliminar
  5. Muy buen artículo Vivian. Estaba esperando este análisis que prometiste. Una periodista cultural británica opina que el fenómeno está vinculado a los ebooks. Muchas mujeres se sintieron desinhibidas al poder leer en la intimidad de su kindle y que no la jugzaran por la tapa de la portada. La promoción desmedida de la casa editorial vino cuando vendió una cantidad significativa en los primeros meses.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso lo entiendo, yo no tengo kindle, pero la leí en mi móvil y sí, me sentí más cómoda porque no se viera la portada, aunque no precisamente por el tema erótico, como comprenderás, jajaja

      Eliminar
  6. Vaya, me ha encantado tu post y el análisis que haces del libro 50 Sombras. Como lectora asidua de lectura erótica, hace poco me he comprado El arte de complacer en sexshop21.com, he de decir que este género ya exístia, pero nadie quería verlo (en este caso, leerlo). Si se ha puesto de moda es también por todo el MK que ha tenido y, después, el boca a boca. Quizás, como bien dicen, puede que el hecho de que ahora se pueda leer cualquier libro en un ebook y nadie sepa de qué va, haya ayudado en el tema. Pero vamos, pasará de moda, pocas de las que se iniciaron con este libro volverán a leer este género y así... hasta que salga algún género "antiguo" por explotar.

    ResponderEliminar
  7. Bueno, Novata, eso solo el tiempo lo dirá. Ya veremos. Gracias por el comentario!!

    ResponderEliminar
  8. Y gracias a todos los que han comentado el artículo, la verdad es que no les contesté en el momento que lo hicieron, y si me gustaron mucho, porque todos enriquecen el contenido del artículo, se puede decir que casi forman parte de él. Muchas gracias por tomarse el tiempo de hacerlo.

    ResponderEliminar
  9. No suelo leer críticas de libros que no he leído, pero en este caso hice una excepción, considerando que todavía no había pensado en abocarme a la lectura de una obra larga sin más antecedentes que la campaña desaforada de publicidad que lo acompaña y mis propias sospechas. Por eso decidí leer tu reseña, y me alegro tanto de haberlo hecho.
    Ya quisiera yo que mi novela (omito el nombre para no caer en publicidad subliminal) fuera alguna vez comentada en términos tan certeros y con tanto conocimiento de lo que es tanto erotismo como la literatura, y la interacción entre ambos. Tu análisis de la forma, del concepto, de la estructura y de la capacidad de atraer por morbo, me han dado una idea cabal de lo que voy a hacer: la pondré en la heladera hasta que haya leído lo que realmente me interesa, que es mucho. Con decirte que no he alcanzado a leer Bisexual todavía, a pesar de estar arriba en mi lista de prioridades. Pero, por suerte, ya la he descargado y la comenzaré a leer esta semana.

    ResponderEliminar
  10. Gracias, Francis, por los halagos, me alegra que te fuera de utilidad. Quedo esperando por tus comentarios de Bisexual! Voy a buscar tu novela
    Saludos...

    ResponderEliminar