Como una de las vertientes de este blog, me he propuesto mostrarles escenas eróticas de algunos autores, que para mí han sido hitos dentro del género, y que de algún modo me han inspirado.
Esta escena de Rayuela, de Julio Cortázar, a mí me impactó desde que la leí por primera vez. Su erotismo es moderado y más bien indirecto, pero no por ello deja de ser reveladora. Nos retrata una situación que todos hemos vivido muchas veces en el sexo, con esa maestría que hace que las grandes obras literarias sean universales. ¡Qué la disfruten!
Esta escena de Rayuela, de Julio Cortázar, a mí me impactó desde que la leí por primera vez. Su erotismo es moderado y más bien indirecto, pero no por ello deja de ser reveladora. Nos retrata una situación que todos hemos vivido muchas veces en el sexo, con esa maestría que hace que las grandes obras literarias sean universales. ¡Qué la disfruten!
“Toda esa tarde él asistió otra
vez, una vez más, una de tantas veces más, testigo irónico y conmovido de su
propio cuerpo, a las sorpresas, los encantos y las decepciones de la ceremonia.
Habituado sin saberlo a los ritmos de la Maga, de pronto un nuevo mar, un
diferente oleaje lo arrancaba a los automatismos, lo confrontaba, parecía
denunciar oscuramente su soledad enredada de simulacros. Encanto y desencanto
de pasar de una boca a otra, de buscar con los ojos cerrados un cuello donde la
mano ha dormido recogida, y sentir que la curva es diferente, una base más
espesa, no un tendón que se crispa brevemente con el esfuerzo de incorporarse
para besar o morder. Cada momento de su cuerpo frente a un desencuentro delicioso,
tener que alargarse un poco más, o bajar la cabeza para encontrar la boca que
antes estaba ahí tan cerca, acariciar una cadera más ceñida, incitar a una
réplica y no encontrarla, insistir, distraído, hasta darse cuenta de que todo
hay que inventarlo otra vez, que el código no ha sido estatuido, que las claves
y las cifras van a nacer de nuevo, serán diferentes, responderán a otra cosa.
El peso, el olor, el tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las
precipitaciones, nada coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo
inmortal, el amor juega a inventarse, huye de sí mismo para volver en su
espiral sobrecogedora, los senos cantan de otro modo, la boca besa más
profundamente o como de lejos, y en un momento donde antes había como cólera y
angustia es ahora el juego puro, el retozo increíble, o al revés, a la hora en
que antes se caía en el sueño, el balbuceo de dulces cosas tontas, ahora hay
una tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como
una rabia insaciable. Sólo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y
después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por
dedo, labio por labio, sombra por sombra”.
¿Interesante? Déjame algún comentario, o sigue leyendo escenas aquí
Maravilloso, Vivian
ResponderEliminarHola! amé rayuela, y amé esta escena en específico, excelente. Maravilloso como dice alfredo.
ResponderEliminarPD: yo empezé un blog hace poco, me gustaría que lo leas. hay un post en especial, un post que puse, que unos amigos describieron como semi - erotico. Me encataría que lo leas, y me des tu opinión. Gracias de antemano.
http://deseosreprimidosymiedosocultos.blogspot.com/2013/01/fue-asi-un-dia-hubo-una-fiesta-con-mis.html