Demasiado se ha hablado acerca de la distinción entre erotismo y pornografía y la web está llena de opiniones al respecto. Al preparar el material para mi curso de Literatura Erótica en la Academia de Escritores, me vi obligada a investigar el tema y también a preguntarme cuál era mi propia opinión al respecto. Y la encontré, así que quiero expresarla y ustedes me dirán si suena muy descabellada.
Primero hablaré un poco de las principales tendencias sobre el tema. En un extremo están los que hacen una abrupta diferenciación, básicamente formal, aunque hasta cierto punto, también moral. Lo erótico es el modo bello y sublime de mostrar el sexo, y la pornografía es la manera fea, vulgar y terrenal de expresarlo. Para el escritor peruano Mario Vargas Llosa el erotismo “es la sublimación de un acto que en su origen es puramente instintivo y animal: el desfogue de una necesidad sexual mediante la creación de ritos, rituales, de una puesta en escena que, generalmente, extrae imágenes de la literatura, de las artes. Agrega que en el mundo actual hay una “permisividad tal que todo es aceptable y aceptado”, por lo que el sexo se ha banalizado y estereotipado, y el “erotismo se ha vuelto previsible, convencional, mecánico, es decir, que se ha degradado en pornografía”.
Otros entran en el terreno del contenido, qué se muestra y qué no y su relación con el propósito que se persigue. El escritor Walker Percy opina que la única regla a seguir es “la de permitir todo lo que sirva al propósito artístico de la novela. El bíblico Cantar de los Cantares no es pornográfico, porque la descripción del amado por el amante sirve al propósito del escritor. Pero el escritor ha de ser aquí cuidadoso y saber lo que está haciendo. (…) Si tengo una determinada verdad o una forma artística para una novela, y escribo una escena que es tan explícita sexualmente o tan explícitamente violenta que el lector se distrae, sea por estimulación, es decir, por excitación sexual, sea por asco y disgusto, he perdido entonces al lector o a la lectora y he fallado como novelista”.
Para el escritor y ensayista Ercole Lizardi, “…la verdadera distinción es entre lo que es arte y lo que no lo es, y esa determinación sí que no es fácil, porque nos obliga a despojarnos de prejuicios y a sumergirnos en una experiencia en la que sólo nuestras resistencias, reacciones y entregas más íntimas y profundas pueden decirnos si la obra en cuestión está tocando niveles de significación verdaderamente relevantes. (…) En realidad la distinción erotismo/ pornografía es la expresión estético-conceptual de la necesidad profunda que tiene nuestra sociedad -o que nuestra sociedad cree que sigue teniendo- de ghettizar lo sexual”.
Por último, el pintor Pablo Picasso, al cuestionársele sobre la mencionada distinción entre erotismo y pornografía, preguntó, sorprendido: “Ah, porque ¿hay alguna diferencia?".
Un amigo me comentó una vez: "Cuando veo una película porno, mi atención sobre ella dura el tiempo que tardo en masturbarme, luego cambio de canal". Y eso me pareció perfecto como un modo de hacer esa distinción. No quiere decir que cuando la película sea erótica no pueda surgir también la necesidad de desahogo, pero tras el clímax, vas a seguir viéndola, porque te interesa conocer el final de la historia más allá del placer físico que te despertó. O sea, que al contrario de los que piensa Percy, el director no te perdió como espectador aun cuando por unos momentos te hayas “distraído”.
En otras palabras, para mí pornografía sería aquello que persigue puramente excitar, provocar el deseo sexual, mientras que en el erotismo, aunque exista también ese resultado -de hecho el propio Vargas Llosa ha sostenido que una novela erótica, para serlo, debe excitar y coincido totalmente con él- ése no es su fin último. El artista pretende transmitir algo que solo puede expresarse a través del sexo, entonces este actúa más como medio que como fin y en virtud de eso adquiere un sentido más allá de la simple interacción de dos o más cuerpos en busca del placer.
Tampoco creo que la diferencia radique en que el sexo en la pornografía sea explícito y en el erotismo, sutil, que las descripciones sean más crudas o más metafóricas, que el lenguaje sea o no vulgar. Para mí, la distinción entre erotismo y pornografía no tiene nada que ver con la forma en que el sexo se muestra. Las novelas de Bukowski o más en nuestras latitudes, las del cubano Pedro Juan Gutiérrez, usan frecuentemente un lenguaje soez y hasta obsceno, descripciones crudas y descarnadas, y no por ello deberían ser catalogadas como pornográficas, aunque no debe faltar quien lo haga, como también lo hicieron en su momento con Henry Miller. Hay algo que los autores están tratando de trasmitir y ese lenguaje es un modo de lograrlo. Y esa sensación de excitación, de asco o de rechazo que nos provoca, sigue enmarcada dentro del propósito artístico del autor.
La distinción ni siquiera tienen que ver con la cantidad de sexo en la obra, sino de su pertinencia y de su implicación en lo que se pretende contar, y esto es muy fácil de determinar. De hecho si puedes quitar las escenas de sexo y la historia no parece quedar trunca o incompleta, puedes estar seguro de que no era una novela o película erótica, y en ella el sexo no pasaba de ser un simple accesorio. Para la novela erótica el sexo es vital, está en el centro de la historia y para contarla no podemos prescindir de él.
Mi novela Bisexual, por ejemplo, es erótica porque yo no tenía otro modo de contar esa historia que describiendo las relaciones sexuales entre los personajes. Durante el sexo o alrededor de él se presentan los conflictos más relevantes de la historia y se toman las principales decisiones. Hay quien la considera demasiado explícita, la han tachado de pornográfica, también. Para mí no lo es por una razón: el sexo es el vehículo que utilizo para transmitir mi mensaje y debe ser así de crudo y explícito para lograr mi objetivo.
No soy el primero en seguirte, pero creo que soy el primero en dejar un comentario, de lo cual me alegro (ya sabes cómo somos los hombres).
ResponderEliminarMe gusta el diseño del blog, a pesar de que yo no era muy partidario de las letras blancas sobre fondo oscuro, pero el tuyo queda muy bien, y en el Ipod se lee mejor que un texto sobre fondo blanco. Muy buena también la cabecera, tanto el título como la presentación. Erotismo en Palabras es un magnífico modo de denominarlo, sin entrar en soluciones más rebuscadas.
En cuanto al contenido, se nota que eres una mujer valiente, pues en tu primera entrada ya te has aventurado tú solita en un campo de minas. Estoy convencido de que unas horas antes de que se acabe el mundo seguirá el debate sobre la diferencia entre erotismo y pornografía, sin llegar a acuerdo alguno.
Haces muy bien en usar párrafos cortos porque leer muchas líneas juntas en una pantalla, cansa. Te recomiendo que uses imágenes en todos los artículos, fotos o dibujos, lo mismo da. Alegra la vista y anima a seguir leyendo.
Para ser mi primer comentario creo que te estoy aburriendo. Ah, comparto tu gusto por H.Miller, la Lolita de Nabokov o DH Lawrence (¿te gusta Mujeres Enamoradas?).
Otro consejo: actualiza con frecuencia, escribe algo, aunque sea breve, si no la gente se cansa de asomarse por tu blog y no ver ninguna novedad.
Si me das tu permiso, me pasaré por aquí con frecuencia, incluso podríamos ver la forma de colaborar o hacer algo juntos.
Un beso.
Todo un comentario inaugural, lo tendré todo en cuenta, ¡muchas gracias!
ResponderEliminarTienes permiso para pasar cuando quieras.
Por cierto, ¿y qué es lo que piensas tú de la diferencia entre erotismo y pornografía?
Pensar o no que hay diferencia entre erotismo y pornografía es relativo, depende básicamente del punto de vista del cual se vea, en mi opinión, si la hay, el erotismos es excitación, insinuación, mirada, deseo se puede ser erótico e insinuante con la mirada, incluso, se puede ser erótico e insinuante con palabras, con gestos, por otro lado la pornografía es piel, contacto y fluidos aunque no siempre una cosa lleva a la otra no todos sabemos ser eróticos aunque todos gran medida podemos ser pornográficos.
ResponderEliminarEn cuanto a su blog debo felicitarla se nota dedicación pero tengo una duda: ¿sería lógico pensar que una mujer que escribe cosas como las que Usted escribe, es, en su vida personal, lo que escribe, o simplemente lo hace con intención de que otros lo disfruten pero en realidad no lo práctica, no lo lleva a cabo y es meramente algo de su imaginación que se aleja mucho de su realidad personal? Suerte! estaré pasando por acá de vez en cuando. Hasta pronto.
No estoy de acuerdo contigo en esa distinción, pues según lo que dices, cualqueir actvidad sexual sería siempre pornográfica y solo serían eróticos los coqueteaos iniciales. Desde ese punto de vista, la mayoría de las novelas hoy consideradas eróticas serían pornográficas, ¿no te parece?
ResponderEliminarRespecto a tu inquietud, te diré que es una pregunta muy común que les hacen a los escritores, pero si se trata de erotismo y además eres mujer, entonces es más frecuente: ¿será que ella vivió todo eso que cuenta ahí? No te voy a decir ni que sí, ni que no, porque es difícil delimitar a veces de dónde salen las cosas que se escriben. Generalmente hay una idea que se quiere expresar o una anécdota que se quiere contar, y tienes que echar mano a todo lo que puedas para poder desarrollarla y que resulte convincente al lector. Pues usar algunas experiencias personales, si las tienes, cosas que has leído, que te han contado, que viste en una película y claro, sobre todo, usas la imaginación que es la que se encarga de poner todo eso en relación y que resulte orgánico.
Gracias por participar en el blog y recuerda hacerte seguidor!!!
Saludos...